Año 2008. Colegio típico de España.
Eres un adolescente con acné y bigote incipiente. La profesora de inglés os ha dejado haciendo las actividades del workbook y en seguida un rumor inunda la clase. La gente habla de un lugar exclusivo, una página web a la que solo accedes si tienes una invitación.
Los que ya están dentro se hacen los guays conocedores del poder que poseen, mas cada uno tiene un total de diez invitaciones, por lo que solo es cuestión de tiempo que te caiga una.
Por la tarde, mientras comes un bocadillo de chorizo frente al ordenador, te llega un zumbido del messenger. Es un enlace de invitación. Entras y lo ves por primera vez: la sonrisa, el guiño, el fondo azul. Acabas de entrar en Tuenti.
Otro artículo de interés: La verdadera historia de Silk Road: el mayor mercado negro de la Dark Web
Índice
Cuándo se creó Tuenti
Tuenti fue creado por Zaryn Dentzel, un californiano que llegó a España por un programa de intercambio de estudiantes. Llegó exactamente aquí: Cabeza del Buey. Tremendo pueblo clásico extremeño donde destaca la ganadería ovina por la cantidad de producción de carne y por su queso, según Wikipedia.
Zaryn volvió a Estados Unidos a terminar sus estudios universitarios y llegó a sus oídos que, en 2004, un chaval como él llamado Mark Zuckerberg había creado una red social: Facebook.
Zaryn se metió de lleno en el incipiente mundo de las redes sociales y decidió crear la suya propia: Essembly, una red social centrada en política y que terminó vendiendo por 50.000 dólares según él mismo cuenta.
En 2005 le presentaron a Mark Zuckerberg y así describe el encuentro: “le dije, ‘tío, tienes que traducir Facebook al español, te puedo ayudar’. No quiso, así que pensé en montar algo parecido en España.”
Entonces llamó a unos amigos que tenía en España, regresó, crearon Tuenti y pum. Zaryn Dentzel sale en fotos con Mariano Rajoy, aparece en periódicos y hasta le entrevista Pablo Motos en El Hormiguero.
Y eso es todo, así es cómo se creó la red social que pervertiría las mentes adolescentes de todo un país. O no.
Amigos, yo soy de la opinión de que la Wikipedia es una de las fuentes de documentación más importantes habidos y por haber y que los profesores solo muestran su necedad al criticarla, pero, ¿y si el pibe americano majete que ha aparecido en los periódicos, en la foto con el mejor presidente de la historia de España y en El Hormiguero con Pablo Motos, no es en realidad el creador de Tuenti? ¿Acaso nos han engañado?
Indagando en la deep deep web encontramos que hay otra versión sobre la creación de Tuenti.
En una entrevista en diariosur, Adejemi Ajao, otro emprendedor se pone en el centro de la creación de la red social. dijo: “Y junto con dos amigos, Félix Ruiz, de Marbella, y Joaquín (Ayuso) habíamos empezado a hablar de hacer algo. En aquel momento había una red social de viajes que había nacido en Suecia y se había lanzado Facebook, que estaba pegando muy fuerte en las universidades de la costa Este. Dijimos entonces de hacer una red social centrada mucho más en fotos, y así fue como nació Tuenti.”
Whoiwho Technologies SL: la verdadera historia de Tuenti
Lo cierto es que Tuenti antes de ser Tuenti se registró con el nombre de Whoiswho Technologies Sociedad Limitada en 2006, y como su director figuraba Adeyemi Ajao. Y no fue hasta 2007 cuando pasó a llamarse Tuenti Technologies S.L, y Zaryn apareció como CEO.
Parece que Tuenti ya había sido creado antes de la llegada de Zaryn.
En los comentarios de un blog, esto sí que es deep deep web, un usuario que se hace llamar Joaquín Ayuso y que vamos a dar por hecho que es: Joaquín Ayuso, dice que cuando Adeyemi se fue, necesitaban alguien que liderara el proyecto, y pensaron en Zaryn. “Entre Adeyemi, Félix, Bernardo y yo conseguimos que se viniera a dirigir el proyecto. Desde ese momento hasta dos años después, todo fue de maravilla, con todos los roces típicos de una startup.”
Pero Zaryn no está del todo de acuerdo. En una entrevista realizada hace poco en El Confidencial después del atraco en el que asaltaron su casa e intentaron robarle sus bitcoin, Zaryn insiste: Tuenti lo creé yo.
Según Zaryn, después de llamar a Adeyemi y a Félix Ruíz para contarles la idea de hacer una especie de Facebook en España, “Al poco tiempo, Adeyemi deja de cogerme el teléfono y descubro que había constituido una sociedad a mis espaldas, con dinero de Bernardo Hernández y otros”.
Toda una conspiración, aunque realmente no importa tanto quién fue el primero y quién el segundo ya que lo importante es que crearon Tuenti y dejaron secuelas en miles de adolescentes por toda España.
Así, obviando discrepancias, el equipo titular de tuenti era el siguiente:
Adeyemi Ajao, emprendedor y primer director. Joaquín Ayuso, el programador que hizo el código original, Félix Ruíz, el responsable del marketing. Cuenta la leyenda que Félix se sentaba en la cafetería con la chica más guapa y utilizaba su labia para contarle lo que era tuenti y regalarle 10 invitaciones. Y así empezaron a conseguir sus primeros usuarios: visitando residencias de estudiantes y cafeterías de universidades.
Y luego llegaron Zaryn Dentzel, sin cuya dirección “tuenti no hubiera durado ni 3 meses”, según dicen, y Kenney Bentley, un programador que trajo Zaryn.
Parece que lo más justo es decir que estos cinco emprendedores crearon Tuenti. Y lo hicieron bien.
Las claves del éxito de Tuenti
El sistema de invitaciones generaba una sensación de exclusividad que te hacía querer estar en Tuenti. Si eras joven tenías que estar en Tuenti. Esto también ofrecía una falsa sensación de privacidad. Tuenti era exclusivo para los jóvenes, no había padres, y por si esto fuera poco, Tuenti no indexaba su contenido en los buscadores. Esto significa que si buscabas, por ejemplo, tu perfil en google, no aparecía el resultado. A diferencia de Facebook que cuando ponías el nombre de una persona su perfil era lo primero que te aparecía y era un tremendo cagarro en lo que respecta a privacidad.
El quinteto fundador tenía contactos así que no tardó en conseguir los primeros inversores. Bernardo Hernández, cofundador de Idealista y entonces directivo de Google y que había sido profesor de Ajao en el Icade de Comillas, fue uno de los primeros inversores. También lo fue Carlos Dexeus, business angel y padre de un compañero de la misma universidad. Como estudiar en la UPV.
Tuenti fue viento en popa. Abrieron oficinas en Madrid y eran como tienen que ser las oficinas de una Start-up: con mesa de ping pong y guitarras.
Solo así podían despertar su creatividad y desarrollar conceptos que marcarían un antes y un después como: las visitas al perfil. Hoy todos están obsesionados con los likes y los seguidores, pero el contador de visitas al perfil era la idea definitiva de estándar social, una métrica básica que cuantificaba la popularidad del individuo y que le permitía compararse con el grupo para conocer su posición exacta en el escalafón social. Perversamente brillante.
También crearon la posibilidad de escribir un estado que el sujeto iba actualizando según dictaban sus hormonas preadolescentes. Y las invitaciones a eventos, que la peña se tomaba más en serio que un juramento inquebrantable.
Inicialmente Tuenti fue creado para universitarios. Veinteañeros. Por eso se llamaba Tuenti. Fonéticamente veinte en inglés. Pero vamos, universitarios mis cojones, Tuenti era el paraíso de los pubertarios depravados que estaban deseosos de conocerse a sí mismos y su rol en la sociedad.
Por eso cuando los creadores vieron que el target se les escapaba empezaron a decir que el nombre era una conjunción de las palabras “Tú” e “identidad”, para así abarcar a más gente. Pero no se lo creyó nadie.
A todo esto, mientras empezaba a expandirse por las aulas de secundaria de España, Tuenti fue renovando su plataforma e incluyendo novedades como un chat, para hablar con tus panas después del cole o intentar ligar con minitas, Tuenti vídeos, una especie de Youtube dentro de Tuenti que no debió de funcionar muy bien, o Tuenti Juegos. Esto sí que era la leche porque podías echarte una partida al billar con tu crush mientras cerrabas la estrategia por el chat.
Y el Backyard Monsters,uff… tremendo juego. Este juego ha causado numerosos suspensos entre los alumnos españoles. Aunque tenemos constancia de que al menos ha causado un aprobado. Navegando por la deep web he encontrado El blog de 2do de la ESO ACG 2010-2011, y en él un alumno expone su proyecto sobre Backyatd Monsters. Dice: El Backyard Monsters es un juego añadido recientemente al Tuenti y ha tenido un éxito entre los que utilizan las redes sociales como Tuenti o Facebook.
Después de llevar un tiempo jugando adquieres una especie de idioma en clave. Ejemplo: «Esta mañana le destruí los silos, los colectores y las incubadoras con 7 ichis y 9 fangs». Los que no hayan jugado a este juego no entenderán una m…, pero los que sí le parecerá lo más normal del mundo.
Espero que le pusieran un diez.
La cuestión es que durante sus dos primeros años Tuenti no generaba ingresos y como toda red social solo existía una opción para empezar a rentabilizar el proyecto: la publicidad.
Pero no tan deprisa. Estamos hablando del 2008, en aquel entonces no existían los influencers como conocemos hoy en día. Evidentemente existían blogueros y páginas web que ganaban dinero con publicidad, con los típicos banners de la época, pero Tuenti quería hacerlo de otra forma. Querían convertir la publicidad en una experiencia.
La primera campaña publicitaria de Tuenti fue la de Tommy Girl, un perfume de Tommy Hilfiger. Utilizando los datos de sus usuarios, Tuenti pudo lanzar un anuncio que solo verían chicas de 19 a 21 años de algunas ciudades concretas, a las que se les incitó a la acción. Consiguieron que un 33 por ciento de las usuarias entraran en la web de la marca y el 12% manifestara interés en adquirir la oferta.
Ícaro Moyano, el entonces director de comunicación de Tuenti, dijo: “Nuestros usuarios se identifican en sus páginas personales a partir de una serie de datos que permiten segmentar la au diencia hasta límites hasta ahora insospechados. Puede haber criterios geográficos, de edad, de gustos, de sexo… Esto permite alcanzar dianas publicitarias muy eficaces, sin armar ruido innecesario ni bombardear a toda la comunidad con información que no le resulta útil”.
Así, ese mismo año, 2008, lograron facturar 600.000 euros. Y solo era el comienzo, porque para 2013 tendrían registrados 15 millones de usuarios en su plataforma. 15 millones de usuarios con todos sus datos para segmentarlos y monetizarlos mediante publicidad. La era de Tuenti había llegado.
La época dorada de Tuenti
Si las redes sociales de hoy en día causan ansiedad a los jóvenes, Tuenti les causaba esquizofrenia. Era otra época. No había límites. Lo real y lo virtual se difuminaban y nadie parecía saber hasta qué punto podía tener consecuencias lo que subías a internet.
Hoy en día si alguien sube una foto indebida a instagram, es porque es un poco… Digamos, “despistado”. Es bien sabido que tu jefe te espía en las redes sociales, que tu crush te va a juzgar por tu feed y que tu identidad digital es tan importante como tu identidad en el mundo físico. Por eso mismo cuidamos al detalle todo lo que subimos. Ponemos filtros que eliminan las imperfecciones de nuestra piel y revisamos el pie de foto cincuenta veces para comprobar que parecemos lo suficientemente inteligentes.
Esto es absolutamente lo opuesto a la filosofía Tuenti.
Para empezar Tuenti estaba lleno de fotos de gente borracha. Sí, estabas bebiendo tus primeros kalimotxos y siempre salía la zoqueta de turno que se llevaba esta cámara a la fiesta.
Y, sí, eso significa que, efectivamente, la gente subía tus fotos sin consentimiento. Esto hoy en día parece una barbaridad pero antes era el pan de cada día. Te despertabas un domingo y veías esas adictivas notificaciones verdes que decían que te habían etiquetado en cuarenta fotos, tenías 35 comentarios y 8 mensajes privados.
Por cierto, a diferencia de hoy, no se sacaban cuarenta fotos para subir la que mejor quedaba. Se sacaban cuarenta fotos y se subían las cuarenta. Desenfocadas, con caretos y con desconocidos en el fondo, daba igual no se iban a enterar.
De hecho, las fotos de tuenti, no eran “fotos” sin más. Cuanto peor cara tuvieras más razón para subir la foto. Por eso estaba llena de fotos de adolescentes vomitando, y se popularizó la palabra fototuenti como llamamiento ancestral que hacía que todos se apiñaran para captar el momento.
A lo mejor por esto algunos padres se hicieron cuentas para espiar a sus hijos. Pero tampoco es que fueran como ninjas. Tuenti era una red social de adolescentes y los viejos infiltrados no pasaban desapercibidos.
Tenemos que entender que la época de las redes sociales estaba iniciando. Y estaba iniciando no sin polémica. Los padres y los profesores se daban cuenta de que los adolescentes estaban todo el día en Tuenti y se estaban empezando a preocupar. “Acaso son los niños conscientes de los peligros de internet? Acaso saben que detrás de la pantalla, bajo el perfil de Juanito de 15 años puede estar un depredador?, pero, sobretodo, ¿Acaso son los niños conscientes de que el lenguaje que están utilizando en Tuenti va a tener terribles consecuencias en el castellano, lengua de cervantes?”
Esto es en serio. La mayor preocupación cuando surgió tuenti eran los pedófilos, pero la segunda y muy de cerca era el uso del idioma. Solo tenemos que entrar en google scholar y buscar “Tuenti lenguaje” para ver que en la época se realizaron varios estudios sobre el lenguaje que se usaba en Tuenti.
Escribe Alba Torrego Gonzalez, de la Universidad Autónoma de Madrid: “Desde un punto de vista académico, el uso de la lengua puede parecer plagado de errores e, incluso, de aberraciones. Y, sin embargo, aplica novedades ingeniosas que permiten una comunicación más clara y espontánea entre los usuarios de Tuenti.”
“se han encontrado los vocativos “zorra”, “fea”, “gorda”, “puti” (puta), “perri” (perra) o “tonta” usados en conversaciones entre chicas y “cabrón”, “capullo” o “maricón”, que se utilizan como saludos entre chicos.”
Como se ve, el lenguaje Tuenti no cumpliría con los estándares morales de Twitter de hoy en día.
También se detectó el fenómeno del acortamiento léxico en frases como: “Me encanta tu princi”, que hacía referencia a la foto de perfil o principal de un usuario.
Pero el verdadero terror de las profesoras de lengua fue sin duda la sofisticada escritura cani.
La propia Alba Torrego estudió este lenguaje en su estudio “Eskriibo en el Tuenti komo pronunciioh”. Apuntes sobre la ortografía en una red social, y en él analiza las causas por las que en frases como esta nos comíamos las vocales: “ps ke n m apetecia str en klase y no avia desayunao asi k ns ems ido x ai jejejje ya teng el justifikant exo asik m da lo mismo jaja el verano ps komo siempre viviend en la kalle”.
Aunque yo echo de menos un estudio que revelase las razones por las que una letra se escribía en mayúscula y otra en minúscula. Vamos, la gente dirá que era al azar, pero yo estoy seguro de que los canis verdaderos tenían sus razones.
Por supuesto hay que aclarar que el lenguaje Tuenti no fue un lenguaje creado por y para la red social, sino que fue una herencia que vino de su antecesor más fuerte: el mítico y tremendísimo Messenger. O eme ese ene.
Probablemente fue la llegada de Tuenti la que nos hizo olvidarnos del querido chat de zumbidos. Y, al parecer, había otras llegadas que nos harían olvidar del propio Tuenti.
La caída de Tuenti
Durante sus primeros años Tuenti le hizo frente a Facebook, sobre todo, por el carácter joven de sus usuarios. Estos veían a Facebook como algo para mayores. La red social de Zuckerberg no era demasiada tentación para ellos, pero poco a poco fueron apareciendo nuevas redes que sí podían engancharlos.
Twitter, creado en 2006 a la par que Facebook, comenzó a crecer fuertemente, y en 2010 entró en el juego Instagram. Estas dos, además de ser mucho más atractivas para los jóvenes tenían una característica muy concreta: estaban diseñadas o bien adaptadas para ser consumidas en smartphone, y se amoldaron mucho mejor que Tuenti en la transición de ordenador a móvil.
Eso no significa que Tuenti no tuviera su versión móvil. Sí lo tuvo, pero según recuerdo, Tuenti siempre fue una red social que se disfrutaba más en escritorio que en smartphone.
Tal vez conocedores de lo que se venía en el sector de las redes sociales, el quinteto fundador decidió vender el 85% de la empresa a telefónica por 70 millones de euros.
Un año después Telefónica compraría el 100% de la empresa. La pregunta es, ¿por qué iba Telefónica a comprar una empresa cuyo futuro se veía oscuro, que iba a tener que competir con redes sociales de nivel internacional?
Por los datos. A Telefónica le interesaba la base de usuarios de Tuenti. Su objetivo era crear una operadora móvil dirigida a adolescentes. Y así lo hizo. En pocos meses Tuenti creó “Tu”, una operadora móvil que no terminó de cuajar, al menos en España, aunque sí se expandió por latinoamérica.
Mientras tanto la gente abandonaba por completo la red social. En 2016, se eliminaron las funcionalidades de red social de la web de Tuenti, aunque dejaron que sus usuarios pudieran descargar sus datos durante un año.
Esas fotos de adolescentes desinhibidos, insensatos y hormonados, pudieron ser rescatadas por aquellos cuyo carácter roza lo masoquista. Yo por supuesto no me encuentro ante ellos.
La operadora móvil, por su parte, ha dicho adiós definitivamente este 2022. O2, operadora de bajo coste de telefónica logró acaparar a más clientes, por lo que Telefónica decidió unificar y traspasar a los clientes de Tuenti a O2.
Según Sebastian Muriel, que sustituyó a Zaryn Dentzel como CEO a partir de 2015, no fue Facebook sino Whatsap e instagram, quienes más tuvieron que ver en la caída de Tuenti. También afirma que su verdugo fue el móvil, la transición de la web al smartphone. Afirma que lo intentaron todo.
Adeyemi Ajao se convirtió en inversor de éxito en Silicon Valley, y dirige su propio fondo de capital riesgo, Base10Partners.
Zaryn Dentzel entró con éxito en el sector VTC fundando Auro New Transport concept. Aunque parece que tras el atraco en su domicilio y la pérdida de 15 millones de dólares en el colapso de Celsius, está pasando por una mala racha.
Félix Ruiz se metió en el sector VTC junto con Zaryn Dentzel.
Joaquin Ayuso se mudó a Los Ángeles y se ha especializado en fintech. En 2011 cofundó Kuapay, un sistema de gestión de pagos por móvil.
Kenney Bentley lanzó en 2011 Gatunes, una especie de Spotify español.